Se acercan los Carnavales y mucha gente ya está preparando
sus disfraces. El resto del año solo nos disfrazamos por dentro. Por cierto,
¿tú de qué vas?
En la vida, al igual que en Carnavales, cada cual desempeña
un rol y en ocasiones llevamos puesta una máscara. De forma inconsciente o
conscientemente nos ponemos caretas, en función de las circunstancias y la
gente que nos rodea. A veces, no queremos mostrar como somos, lo que realmente
pensamos y sentimos.
Las mascaras sirven para proteger y esconder nuestras vulnerabilidades.
No mostrar sentimientos que otros probablemente nunca entenderían. Cuando a uno
lo ven llorar es etiquetado como una persona débil. Es posible que sea juzgado
y sentenciado por una tropa de borricos, sin entender lo que a uno le
aqueja. No decir eso que los demás no
puedan entender, no responder a preguntas capciosas, no enseñar el as en la
manga... existen múltiples argumentos para usar la máscara. En la película "El Indomable Will Hunting" podemos ver como un genio se comporta como un macarra, para
ocultar su verdadero yo...
No es necesario permanecer disfrazado continuamente. Eso
sería enfermizo, el personaje se podría apoderar de uno mismo. Afortunadamente
se puede desconectar, sacar nuestro verdadero yo. Pese a ser un
"animal" en vías de extinción, los amigos verdaderos existen. Con
ellos y nuestra familia nos podemos tomar un descanso, enseñar cómo somos
realmente. Llorar, reír, saltar, gritar, ser uno mismo en resumen.
"El mundo entero
es un escenario y los humanos simplemente actores que entran y salen en
diferentes escenas, y durante su vida, cada uno representa muchos papeles."
William Shakespeare
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